En el libro "The Molecule of More" se menciona que "la mayoría de las parejas tienen relaciones sexuales con menos frecuencia a medida que el amor obsesivo dopaminérgico evoluciona hacia un amor compasivo y de compañía". Esta observación señala cómo el nivel de actividad sexual puede cambiar a lo largo de una relación a medida que la intensidad de la dopamina disminuye y otros aspectos del amor, como la intimidad emocional y la conexión profunda, se vuelven más prominentes.
A medida que una relación pasa de la fase inicial de la pasión y el enamoramiento hacia una etapa más estable y comprometida, las parejas pueden experimentar un cambio en su frecuencia sexual. Esto no implica necesariamente una disminución en la calidad o la satisfacción sexual, sino más bien una evolución natural hacia un enfoque más equilibrado que abarca otros aspectos importantes de la relación.
Es importante destacar que cada pareja es única y que las experiencias sexuales pueden variar ampliamente. Algunas parejas pueden mantener una vida sexual activa y frecuente a lo largo de su relación, mientras que otras pueden encontrar un equilibrio satisfactorio en una menor frecuencia, centrándose en la calidad de las experiencias íntimas y la conexión emocional.
Este cambio en la dinámica sexual puede ser un aspecto normal y saludable de la evolución de una relación a largo plazo. Es un recordatorio de la importancia de la comunicación abierta y honesta entre las parejas para asegurarse de que ambos estén satisfechos con su vida sexual y para explorar formas de mantener la intimidad y la conexión a medida que la relación progresa.