Desde niñes en la religión se nos enseña que el sexo es pecado.
Nos pintan que el sexo antes del matrimonio es inaceptable y que la masturbación es mala, formando este conflicto en nosotros entre placer y culpa (o vergüenza).
Esto nos impide disfrutar de nuestra sexualidad
A pesar de no ser una persona tan religiosa, los pensamientos de culpa permanecen. Esto puede ocasionar disfunciones sexuales como: no disfrutar el sexo, no llegar al orgasmo o disforia postcoital.
El sexo no es malo y merece ser disfrutado.
Si tienes este problema, no estas solx. Más personas de las que piensas tienen este conflicto. Permítete vivir tu sexualidad en paz! Nadie te juzga, así que tampoco te juzgues a ti mismx.