El BDSM es más de lo que te imaginas

El BDSM es más de lo que te imaginas

Por Carla Lamoyi, alias “Dómina Leo” 

Las normas oxidadas que nos dictaban con quién podemos o no, tener un vínculo sexual o romántico en función de su identidad de género y su orientación, cada vez son menos gracias a los diversos movimientos LGTBTQ+ y los constantes intentos de las nuevas generaciones por reeducar a la sociedad. Pero, por otro lado, existen una serie de convenciones que nos siguen dictando una forma bastante acartonada en la que debemos vivir y experimentar nuestra sexualidad, donde nuestro deseo y placer es muchas veces secundario. Un guion aburrido escrito por un tipo sin imaginación. Por lo general, resulta casi imposible salirse de la norma porque hay una serie de tabúes y de prejuicios que empiezan con las expectativas que tiene nuestra familia de nosotras, la religión con la que fuimos educadas o incluso nuestra profesión o el puesto de trabajo que tenemos; que nos invitan a que neguemos cualquier interés en algo que se distancié del sexo convencional.

El BDSM incluye una amplia gama de prácticas eróticas no convencionales en las que hay un intercambio consensuado de poder. Lo que en palabras más simples quiere decir que todo lo que se hará en el juego, ha sido acordado y delimitado previamente entre adultos. Aunque los látigos, mordazas, y esposas, sean la parafernalia más conocida de este mundo; el BDSM es como la bolsa mágica de Mary Poppins, un espacio donde hay más de lo que te esperas. Las siglas de esté acrónimo se refieren a:

  • Bondage: prácticas de restricción corporal con distintos materiales que pueden ser cuerdas, esposas, cintas, correas, tela, plásticos, por nombrar algunos.
  • Disciplina: prácticas que tienen como objetivo entrenar y modelar el comportamiento de una persona para lograr un objetivo específico, muchas veces aplicando códigos estrictos de conducta que se refuerzan mediante el castigo y la recompensa.
  • Dominación: prácticas donde una persona mediante un rol autoritario toma el control de la voluntad y vulnerabilidad del cuerpo de otra persona, por ejemplo: de su placer sexual, de lo que come, de lo que viste, etc.
  • Sumisión: prácticas donde una persona entrega voluntariamente el control sobre su cuerpo y sus decisiones a otra persona o conjunto de personas.
  • Sadismo: prácticas en donde una persona disfruta de provocar sensaciones de dolor a otra persona siempre teniendo el placer como objetivo.
  • Masoquismo: prácticas donde una persona disfruta de recibir sensaciones de dolor intencionales porque esto le provoca placer.

Por supuesto, todas las combinaciones de estas prácticas son posibles y no necesariamente se limitan a esas.

A riesgo de arruinar la manchada imagen que se tiene de quienes disfrutan de estos juegos, debo decirte que la creencia de que este mundo es oscuro y dañino está muy lejos de la realidad. Y antes de que lo preguntes, déjame decirte que ni la pedofilia, la zoofilia y la necrofilia son prácticas BDSM porque ni los niños, ni los animales, ni los muertos pueden consensuar. En cambio, en el BDSM la capacidad de comunicación, de crear confianza y la empatía, son unos de los valores más deseados en las personas que lo practican. Para esto, existen una serie de principios y protocolos que rigen todas estas actividades de riesgo teniendo siempre como objetivo buscar el bienestar y el placer de las personas. El más común es SSC: Seguro, Sensato y Consensuado. 

Algunas de las precauciones que te recomiendo tomar si decides empezar a explorar este mundo de placeres es: investigar en fuentes confiables las prácticas que te interesan y si te es posible, asistir a talleres o cursos. Buscar personas con los mismos gustos para intercambiar experiencias. Conocer previamente en un café o lugar público a la persona con la que vas a jugar, cosa que todos deberíamos de hacer en cualquier tipo de primera cita. Crear protocolos propios de seguridad que incluyen tener un contacto de emergencia, es decir, alguien que sepa con quién estás, en dónde estás y qué estás haciendo. Saber que siempre y en cualquier momento puedes retirar tu consenso; decir que no, aunque previamente hayas dicho que si.

Lo más importante es que si le entras al BDSM, lo hagas porque te gusta, es tu deseo y para ampliar los espectros de tu placer.

 

Te dejamos links de información sobre el BDSM que te podría ser relevante:

El grupo más grande de BDSM en México, se recomiendan sus talleres: https://www.instagram.com/calabozomx/?hl=es-la

Clases de Shibari: https://www.instagram.com/lavirgenblueee/?hl=es-la

Blog sobre dominación femenina: https://scheherezadedom.com/acerca-de/

Test de BDSM que esta muy divertido hacer, y que te da una idea de que rol te podría gustar: https://bdsmtest.org/

 

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