Tal vez te haya pasado que ves un anuncio de un juguete sexual con mucha potencia y en lugar de emocionarte, te asustas. Piensas, “Ay, pero si yo usualmente no paso del primer nivel de vibración” o “¿Qué si lo compro y luego descubro que es demasiado intenso para mí?”
Es importante que sepas que no tiene nada de malo, esto no te hace ni menos experimentada, ni “aburrida”, ni nada de lo que podrías estar pensando. Todos los cuerpos son distintos, hay a quienes les encantan los vibradores muuuuy potentes y hay a quienes no les gustan en lo absoluto, o prefieren otro tipo de juguetes. Ahora, si sientes dolor fácilmente, eso podría tener otras causas, pero si tu caso es que prefieres las estimulaciones suaves, (o tu clítoris es un poco sensible) aquí hay algunos consejos para disfrutar más:
1. Intercala entre tus dedos y el juguete
Un juguete puede ser un agregado super divertido para tus sesiones de masturbación o sexo con alguien más, y lo rico es que tú decides cómo y cuándo usarlo: no hay una forma correcta o incorrecta.
Si sientes que tu clítoris ya se está “durmiendo” por la intensidad de la vibración (¡me ha pasado!): pausa un ratito o intercala entre el juguete y tus dedos. También puedes iniciar con tus dedos para irte calentando y seguir con el juguete más tarde.
2. Cúbrelo con una tela
Otra alternativa es usar tu vibrador o succionador favorito por encima de tus calzones o poner una tela en medio (eso sí, una que esté limpia). Las posibilidades son muy variadas: a mucha gente le suelen gustar las telas satinadas, pero puede ser una más gruesa como algodón o de plano poner dos capas de tela para solo sentir un poquitito de estimulación. Esto reduce la fricción y puede sentirse increíble para algunas personas.
3. Prueba en otras zonas erógenas (o alrededor del clítoris)
Aunque un juguete diga que está diseñado para una parte en específico, en realidad las posibilidades son casi infinitas, y puedes explorar estimulando por toooodo el cuerpo. Por ejemplo, puedes posicionar el succionador de clítoris en tus pezones, puedes pedirle a tu pareja que te pase tu vibrador por tus muslos, puedes usarlo cerca o directamente en el ano, o puedes estimularte cerca de tu vulva o tu clítoris. Una técnica es hacer círculos amplios que abarquen toda tu vulva y no estén tan centrados en tu clítoris, o estimularlo por encima del capuchón de una forma suave.
4. Juguetes sin vibración
Si la vibración no es lo tuyo, siempre puedes buscar juguetes que no tengan vibración (como los dildos de vidrio) o usar tus juguetes favoritos “apagados” (por ejemplo, puedes introducir tu rabbit y tú controlar el ritmo para que solo roce tu clítoris suavemente). ¡También hay algunos que tienen ritmos de vibración “intermitente”! Explora todas las configuraciones que vengan con el tuyo, para saber cuál prefieres y sacarle más provecho a la inversión.
5. Usa lubricante
Cuando se trata de lubricante: más es mejor. Pareciera que no es tan importante, pero esta combinación ayuda a que todo fluya mejor, reduce la fricción entre tu piel y el juguete, y de esta forma puedes manipularlo más fácil, ayudándote a que las vibraciones u ondas sónicas se distribuyan por toda el área de la vulva. Si vas a usar un juguete de inserción, esto es aún más importante, no todos los cuerpos lubrican por igual, y no tiene nada de malo apoyarse de un lubricante externo.
Ten uno a la mano uno que sea compatible con el material del juguete para preservarlo y evitar que se degrade (por ejemplo, si tu juguete es de silicón, utiliza uno de base agua).
Paola Aguilar